El presidente Rodrigo Paz volvió a apuntar con fuerza contra la administración que lo precedió, profundizando sus cuestionamientos sobre el manejo de personal y el uso de recursos estatales. Según el mandatario, la situación que encontró al asumir reflejaba un esquema desordenado, poco eficiente y cargado de prácticas que considera inaceptables.
Paz aseguró que uno de los principales problemas heredados fue la falta de productividad dentro del aparato estatal. En esa línea, reafirmó su diagnóstico señalando que, al llegar al gobierno, se encontró con una estructura donde, según él, predominaba la ineficiencia. “De 500 flojos, pasamos a 1 que trabaje”, afirmó, resaltando lo que considera una brecha profunda entre la cantidad de personal contratado y el trabajo efectivamente realizado.
El presidente también hizo referencia al uso de recursos públicos destinados a contrataciones que —según su relato— no cumplían ninguna función real dentro del Estado. “No malgastamos plata en compañeros fantasmas”, sostuvo, enfatizando que su administración decidió poner fin a este tipo de prácticas apenas asumió el mando.
Asimismo, Paz apuntó a situaciones que, a su juicio, reflejan una utilización de cargos con fines personales o ajenos al interés público. En esa línea, volvió a repetir con firmeza uno de sus señalamientos más controversiales: “A sus amantes les daban pega”. Según el mandatario, este tipo de conductas constituían una falta grave de responsabilidad administrativa.
A través de estos dichos, Paz reafirmó su compromiso con la revisión completa de todas las áreas del Estado. El presidente insistió en que su gobierno continuará desmantelando estructuras que, según él, no estaban al servicio de la ciudadanía, y reiteró que las investigaciones y auditorías internas seguirán en marcha durante los próximos meses.
Las afirmaciones dispararon nuevas reacciones en el escenario político, incrementando la tensión entre el actual gobierno y quienes defienden la gestión anterior. Sin embargo, Paz sostuvo que mantendrá su postura, apoyándose en las medidas que ya ha impulsado y en la necesidad —según él— de transparentar completamente la administración estatal heredada.

